26 de octubre de 2015

Las organizaciones deben ser rediseñadas?


Vivimos hoy en día en un mundo donde los fenómenos empresariales más frecuentes incluyen: (1) los nuevos modelos de negocios, (2) las fusiones de empresas, (3) la aparición de nuevos mercados, (4) la expansión o limitación de líneas de productos, (5) el incremento del número de competidores, (6) el cambio en el comportamiento de los clientes y (7) los cambios en los canales de distribución.

Adicionalmente, encuestas realizadas el año 2014 entre importantes CEO identificaba la disrupción a nivel global como el efecto esperado para los próximos cinco años. La aparición de cualquiera de esos fenómenos obliga a reconocer la necesidad del posible rediseño de la organización y por ello el diseño organizacional se convierte en una capacidad crítica para un líder.  Además, la estrategia de implementación de dicha organización termina siendo demasiado importante para dejarla totalmente en manos de consultores o expertos en recursos humanos.

Para que el rediseño de la organización sea exitoso la empresa se deben hacer cambios en una forma  efectiva y con el menor dolor posible, de manera que facilite el alineamiento con la estrategia, para revitalizar a los empleados, para construir nuevas capacidades diferenciadoras y para facilitar la atracción de nuevos clientes. Como referencia, hoy en día el tiempo promedio de un CEO en su cargo es de cinco años, por lo tanto una reorganización mayor solo ocurrirá una vez durante su mandato. El CEO tiene que reorganizar bien la primera vez, ya que no tendrá una segunda oportunidad. 

Una organización es un mecanismo de implementación de una estrategia empresarial y modificar la estructura formal genera dos efectos: (1) Transmite prioridades y (2) Clarifica la rendición de  cuentas o responsabilidades. Todas las empresas son distintas y únicas, pero se han identificado ciertos principios-guía  que aplican a cada empresa y que se describen en forma sucinta a continuación.   

Propósito: Punto de arranque del rediseño
El diseño organizacional debería arrancar con una auto-reflexión empresarial: (a) Cuál es el  sentido de propósito o la meta empresarial?, (b) Cómo se podrá producir una efecto diferenciador para los clientes, empleados e inversionistas?, (c) Qué es lo que diferencia la empresa de sus competidores, hoy y en el futuro? (d) Qué capacidades diferenciadoras permitirán entregar el propósito de valor en los próximos dos a cinco años?. La respuesta a esas preguntas genera el corte con el pasado. Desde el punto de vista colectivo es necesario explícitamente decidir que el diseño existente no tiene que ser culpado ni justificado, así como tampoco cualquier diseño anterior.

Diseñar con el “ADN” de la organización
El diseño organizacional puede parecer muy complejo, pero existen ciertos elementos comunes a considerar independientemente de la industria, geografía o modelo negocios y una clasificación es la siguiente:
  •         Palancas formales del ADN organizacional: (1) Los derechos de decisión, (2) Los motivadores, (3) La información y (4) La estructura.

  •          Los elementos informales del ADN organizacional: (1) Normas, (2) Compromisos, (3) Actitudes y (4) Redes.

Probablemente haya que limitar los cambios solamente a algunos de estos elementos, ya que sería demasiado riesgoso y exigente tratar de cambiar todo simultáneamente.

El foco en lo que se pueda controlar
Es importante identificar lo que escasea y las restricciones de la organización. Conociendo las limitaciones del mundo real permite asegurar y mantener el diseño de la nueva organización dentro de las realidades. Existen restricciones que están fuera del control del líder y en esas no hay que concentrarse ya que no se pueden cambiar, es más bien necesario focalizarse en lo que se puede hacer y controlar.
                                                                                                                                                                                          
Promover la rendición de cuentas (accountability)
La organización diseñada debe permitir que las personas puedan rendir cuentas sin necesidad de ser micro-gerenciadas. Hay que asegurar que los derechos de decisión estén claramente establecidos y que la información fluya rápidamente y con claridad desde la Junta Directiva hacia las unidades de negocios, las unidades funcionales y los departamentos. Disponiendo de los derechos de decisión y con los motivadores establecidos la rendición de cuentas puede funcionar dentro de la empresa.

Aprovechar al máximo el mejor talento
Las posiciones deben ser diseñadas aprovechando al máximo las fortalezas de las personas que las ocuparán. Hay que considerar las habilidades técnicas y la agudeza gerencial del personal clave y asegurar que esos líderes estén equipados para promover la colaboración y el empoderamiento requerido para las personas que están debajo de ellos. A medida que se ensambla el equipo directivo se busca el ámbito de control óptimo. Muchos opinan que siete es el número ideal, pero no existe un número mágico. El ámbito de control está asociado a cuatro factores: (a) la ubicación del CEO dentro de su ciclo de vida ejecutivo, (b) el grado de colaboración entre las unidades de negocios, (c) el nivel de actividad del CEO más allá del trabajo con los que les reportan directamente y (d) la ausencia de roles adicionales para el CEO.

Evitar o limitar el Benchmarking
En teoría debería ser útil hacer seguimiento a lo que los competidores estén haciendo, aun cuando sea para optimizar el diseño o descubrir temas desconocidos que requieran atención. Sin embargo, en la práctica este enfoque ignora las capacidades singulares y propias de la organización, fortalezas que solo esta organización puede aprovechar y que otros no pueden igualar. La selección de empresas a observar, y los indicadores a seguir y analizar, deben estar perfectamente alineadas con las capacidades internas priorizadas para el rumbo futuro.

Acentuar lo informal
Elemento formales como la estructura y el flujo de información son atractivos para las empresas, ya que son tangibles. Sin embargo, para obtener los resultados esperados del nuevo diseño es importante que en el rediseño se incluyan los elementos más informales e intangibles. Las Normas, los Compromisos, las Actitudes y las Redes son esenciales. Ellos representan (e influencian) la forma en cual la gente piensa, se siente, se comunica y se comporta. Para que el nuevo diseño funcione, estos intangibles deben estar sincronizados entre ellos mismo y también con los elementos formales.

Aprovechar las fortalezas
Transformar una organización es una de las responsabilidades más difíciles de un líder, particularmente si se trata de hacer un cambio total a una empresa de pobre desempeño. Realmente siempre existen fortalezas sobre las cuales construir en las prácticas y en la cultura existentes. Estas son las fortalezas, formales o informales, que se deben aprovechar para reforzar las áreas críticas que se han priorizado para el cambio organizacional.

Diseñar la Estructura al final, no al principio
Hacer cambios aislados en la estructura organizacional lleva a que la situación se revierta a la original. La secuencia de intervenciones y la estructura debería ser lo último que se diseñe.

Se hace referencia a “Leadership Change Capability: Organization Design” http://bit.ly/1PDmoI7 y “10 Guiding Principles Of Organization Design”   http://onforb.es/1bQfCAu

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