Para que el consultor obtenga resultados debe
tener una serie de características y debe entender las responsabilidades de su
rol, así como las prácticas y los parámetros de su trabajo. En este artículo nos
concentramos en identificar las
cualidades más importantes que debe tener el consultor. Adicionalmente abordamos un tema que muy
interesante, ya que existen diversas opiniones al respecto, sobre la necesidad que
el consultor sea carismático y si el carisma se puede desarrollar.
Cualidades esperadas de los
consultores
·
Conocimiento experto: El consultor debe saber cómo
aplicar la teoría en la práctica y también debe tener la habilidad para usar
las herramientas apropiadas ( software, publicaciones profesionales, etc.) para
funcionar efectivamente en su trabajo. El consultor siempre debe mantenerse
actualizado con la lectura de publicaciones, revistas, páginas web relevantes
y aprovechando el contacto con colegas consultores realizado a través de las redes .
Como consultores, el nivel de conocimiento debe ser lo suficientemente amplio
como para saber cuándo se deben hacer preguntas y/o cuándo es necesario
investigar para ubicar soluciones.
·
Profesionalismo: La relación del consultor con el
cliente siempre debe mantenerse a nivel profesional. En ocasiones se hace
fácil para el consultor asumir la “actitud de empleado”, lo cual en muchos
ambientes puede ser contraproducente y puede además crear una situación
negativa para el proyecto.
·
Juicio: Los consultores deben usar su buen juicio cuando
enfrentan un problema y deben cuidarse de no sacar conclusiones
precipitadas. Antes de tomar una decisión deben tomarse el tiempo
para analizar los hechos y para buscar retroalimentación de parte de sus colegas y de la
gerencia.
·
Flexibilidad: Los consultores deben poder adaptarse con
facilidad a nuevos proyectos, a nuevas culturas de trabajo y a nuevos
colegas. Cuando llegan a un cliente nuevo, necesitan ubicarse rápidamente
y realizar su trabajo. Sus destrezas sociales y su conocimiento técnico
les debe permitir adaptarse a sus roles fácilmente.
·
Persistencia: Los consultores tienen que mostrar
persistencia y no rendirse fácilmente. Deben aceptar y manejar la
fricción, las circunstancias no previstas y la retroalimentación negativa,
aprender de ello y seguir hacia adelante. Analizan y aprenden de cada
entorpecimiento en un proyecto para lograr que eso no se repita.
·
Visión global y perspectiva fresca: El consultor debe
tener una visión global de las situaciones que enfrenta , así como la capacidad
para identificar los pequeños pero determinantes componentes que generan
la diferencia. El consultor debe traer una visión fresca y por ello puede aportar perspectivas
sorprendentes para mejorar el negocio del cliente.
·
Buenas habilidades de comunicación: El consultor
debe tener excelente habilidades de comunicación oral y escrita.
Frecuentemente se le considera el experto en la materia en la cual está
trabajando en el proyecto, así que debe ser capaz de comunicar efectivamente
sus opiniones.
·
Buenas habilidades de escucha: Durante el proceso
de consultoría, los consultores encontraran personas con características muy
variadas. Algunas son muy expresivos, otras son reticentes y disponiendo
de buenas habilidades de escucha el consultor fomentará el ambiente para que la
gente se exprese más libremente. Esto lleva a compartir más información y
a su vez simplifica el proceso de consultoría.
·
Administración del Tiempo: Los consultores tienen
que buscar como ajustar su estilo de trabajo para alinearlo con el programa de
trabajo, el presupuesto y los requerimientos del proyecto. Esto es
particularmente cierto cuando es necesario mantener una alta calidad dentro de
tiempos finitos y/o con restricciones de presupuesto.
·
Jugador de Equipo: Los consultores deben demostrar
que son jugadores de equipo y que están dispuestos a aprender de otros miembros
del equipo, dando valor real a las proposiciones de otros. Para el
consultor es importante establecer una relación colaborativa con sus colegas.
·
Roles y responsabilidades: Si el cliente no implementa
dentro de los términos que se acordaron, para el consultor es preferible
apartarse del cliente y del proyecto. Es importante recordar que el
cliente tiene sus ideas preconcebidas de las habilidades y capacidades del
consultor y estas pueden estar alejadas de la realidad. Algunos clientes
esperan que el consultor sea un Dios y que haga recomendaciones que corrijan
todas las fallas de la organización, mientras que otros no esperan más que
disponer de un mecánico glorificado que arreglará las fotocopiadoras. Por
ello es tan importante que aquello que se pueda y lo que no se puede hacer deben ser
preocupaciones que hay que resolver antes de comenzar a trabajar.
·
Involucramiento de otros consultores:
Frecuentemente decir “no sé” no es una buena respuesta para un consultor. Una
mejor respuesta es “Yo no sé, pero conozco gente que si sabe”. Los
consultores no tienen conocimiento de todo ni tampoco se espera que sepan
de todo. Decir “No sé” no dañara la reputación del consultor. Como
ejemplo, si se trata de un tema legal, debe tratar de consultar con un
consultor legal que pueda ayudar al cliente a encontrar la solución a su
problema o necesidad.
·
Reputación: El consultor debe proteger su reputación por
encima de todo, no será fácil tener una oportunidad para repararla si se daña.
Si es necesario, es preferible no aceptar situaciones o contratos que puedan
dañar la reputación. Consultoría no es simplemente contratación bajo otro
nombre, involucra: obligaciones a cuidar y niveles de responsabilidad y de
rendición de cuentas e integridad que pueden fácilmente exceder a los del
cliente. Si ese es el caso, y las operaciones y métodos del cliente no
son éticos para el consultor es mejor alejarse del mismo. Es determinante
ser selectivo con los clientes con los cuales se trabaja.
El factor carisma
La experiencia demuestra que el carisma de
una persona puede influenciar en el desarrollo de las relaciones y los
negocios y tiene relevancia para la consultoría ya las nuevas relaciones son
una constante en la consultoría. Contrario a lo que muchos creen se puede
aprender a desarrollar carisma o mejorar el carisma que ya se posee.
Es importante aclarar que aun cuando la
palabra carisma proviene del ámbito religioso, hoy en día tiene aplicación en
política y también en el mundo corporativo. Existen muchos tipos de
carisma, por ejemplo los introvertidos pueden ser carismáticos por su capacidad
de concentración y los extrovertidos pueden ser carismáticos por su
magnetismo. En ambos casos, el carisma ayuda a que la gente confíe en la
persona y de alguna forma sea su seguidor. Las investigaciones de Weber,
quién originó el concepto en el Siglo XIX, y de los sociólogos modernos
identifican varias características comunes en personalidades carismáticas:
(1) Valores centrales fuertes, (2) Habilidad para hablar dinámicamente, (3)
Capacidad, (4) Una “cierta presencia”, (5) Confianza, (6) Magnetismo, (7) Ideas
visionarias, (8) Energía poderosa y (9) Respeto a otros. Vemos que hay un
alto grado de coincidencia con las características esperadas de un consultor.
El desarrollo del carisma
El carisma hace a una persona atractiva en
una forma no-física. Le permite a un individuo traer energía positiva a
la vida de la gente, a influenciarlos en una manera afirmativa, en lugar de una
forma manipulativa. El carisma le provee una ventaja enorme a una persona
en casi cualquier situación que se pueda concebir: relaciones personales,
relación de ventas, consultoría, reuniones de negocio, obtención de la cooperación
de otros. Definitivamente la vida es más fácil si uno es capaz de
inspirar, motivar y excitara la gente a su alrededor. Algunas de las
sugerencias para desarrollar el carisma incluyen:
·
Contacto con los poderes internos: Se puede aprender a
desarrollar expansividad, franqueza y alegría. Esto significa entrar en
contacto con el poder personal interno y encontrar el núcleo de su
energía. Existen varias formas de lograrlo, hay que pensar en aquello que
le permite a la persona enfocarse, centrarse y rejuvenecerse. Muchos
encuentran que la práctica de meditación, las caminatas en la naturaleza o los
escapes creativos le permitan ubicar ese “poder interno”.
·
Comunicar con entusiasmo: Simultáneamente con el contacto
con los poderes internos, se debe aprender a abrir la voz para que
resuene. Implica practicar para hablar desde la profundidad del cuerpo,
respirando profundo. Otra manera de mejorar el carisma es mostrar
entusiasmo cuando se está hablando. No se trata de actuar o simular, sino
de expresar emoción sobre aquello por lo que se tiene pasión.
·
Focalizar y actuar en forma decisiva: Se debe encontrar
formas de ser decisivo en la expresión oral y esto a su vez se debe traducir en
acción. El objetivo es eliminar las expresiones de duda y reemplazarlas con
otras de certeza.
·
Como ejercicios:
o Es conveniente
evaluar el carisma que se tiene. Identificar gente que uno siente que lo aprecian y
respetan y se sienten atraídos por su carisma. Allí habría que determinar
cómo se podría desarrollar mayor carisma con estas personas.
o Evaluar a personas
que uno siente que proyectan carisma. Hablamos de gente en la que se
confía, se respeta y se admira. Puede ser interesante identificar las
características positivas que se puedan replicar dentro de las condiciones
personales de cada uno. Hay que ser uno mismo, y más bien usar el modelo
como inspiración.
Se usar como referencia los siguientes artículos: 10 Winning Qualities
of Consultants http://bit.ly/1xtC0SM , The Charisma Factor in Business http://bit.ly/1AV1ygB , 8 Characteristics
of great consultants http://bit.ly/1IDkOCG.
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