Siempre es importante para un empleado conocer
su status real dentro de la empresa y en su rol actual, ya que perder un empleo
es generalmente una experiencia traumática y si ello ocurre en forma inesperada
es todavía peor. Si la persona no estaba consciente que el despido podría
ocurrir, nunca existió la oportunidad de revertir el proceso. Pero la realidad
es que existen señales sutiles (y no tan sutiles) que indican que no todo está
funcionando perfectamente en el trabajo y si la persona sabe cómo observar,
normalmente detectará indicios y dispondrá del tiempo suficiente para tratar de
salvar un empleo.
El empleo podría estar a riesgo por un número
de razones y con frecuencia las personas lo perciben, pero lo que es obvio para
algunos puede no estar claro para otros.
Preocupaciones estándar en el rol
La estabilidad de una persona en un cargo o
empresa naturalmente siempre está en evaluación. Existen elementos que un
empleado siempre debe cuidar, tales como el cumplimiento de los objetivos de su
cargo y los resultados de sus evaluaciones. Por otro lado, cuando la empresa
está en un proceso de cambio, es necesario observar y detectar si la empresa
tiene problemas financieros y entender que siempre es un momento álgido cuándo
en la empresa ocurren cambios internos como una nueva administración o se está
en el proceso de una adquisición.
Indicios de un empleo a riesgo
Asimismo, están las circunstancias y hechos que
pueden arrojar pistas que están ocurriendo cambios en la percepción que existe sobre
el empleado dentro de la empresa:
·
Cambios en el comportamiento del supervisor:
o Le dedica cada vez
menos tiempo al empleado, actúa en una forma más fría, no hace contacto visual.
o Deja de responder
correos electrónicos o mensajes telefónicos.
o No le preocupan los
errores o el desinterés del empleado.
o El plan está escrito y
aprobado, pero el empleado no logra que se analice y revise.
o Antes no hacía
preguntas sobre tareas específicas que debe ejecutar el empleado, que ahora si
hace.
·
El empleado ya no:
o Es invitado a reuniones
importantes.
o Recibe negativas a sus
solicitudes de vacaciones.
o Recibe asignación de
nuevos proyectos o responsabilidades.
o Está al tanto de lo que
ocurre en la organización.
·
El empleado:
o Recibe peticiones de
transferencia de tareas propias a otros.
o Está entrenando a
alguien en sus responsabilidades.
Corroborar las sospechas
La aparición de situaciones preocupantes
debería llevar al empleado a sentarse con su supervisor para revisar los
requerimientos de su cargo y las expectativas al respecto. La persona debe
tener claridad de su rol y de sus logros y defender lo que ha hecho por la
organización y por su equipo. También es conveniente tratar de desarrollar con
el supervisor una estrategia para superar los retos, involucrando a Recursos
Humanos.
Estrategia de Salida
Cuándo se tiene una certeza mayor de la
posibilidad de pérdida del empleo se debe preparar una estrategia de salida.
Existiendo la duda, más no la seguridad, de un despido no deben facilitarse las
razones para que este ocurra. Una actitud paranoica frente a la posibilidad de
no ser deseado no es conveniente y hay que evitar que se afecte el desempeño.
Asimismo hay que eludir que perturbe la búsqueda otro empleo, ya que asistir a
una entrevista bajo el efecto de la desesperación repercute negativamente con
el reclutador.
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